RIGA – La primera leída de la ley de agentes extranjeros aprobada por el parlamento georgiano plantea serias dudas sobre las perspectivas de democracia en Georgia, dijeron los ministros de Relaciones Exteriores del Báltico en una explicación conjunta el miércoles.
Los cancilleres bálticos pidieron a los legisladores georgianos valorar responsablemente los intereses reales del país y desentenderse de tomar decisiones que puedan socavar las aspiraciones del pueblo georgiano de poblar en un país tolerante que avanza con destino a la UE y la OTAN.
Los ministros de Relaciones Exteriores de Letonia, Lituania y Estonia han instado al gobierno georgiano a respetar el derecho de las personas a manifestarse pacíficamente.
Según informes de los medios, las autoridades georgianas utilizaron gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a las multitudes que protestaban frente al edificio del parlamento en Tbilisi contra la aprobación de la ley de «agentes extranjeros», considerada por muchos como un avance dictador.
La presidenta de Georgia, Salomé Zourabichvili, dijo que se puso del banda de los manifestantes y prometió negar el esquema de ley.
La ley impugnada, respaldada por el partido gobernador Georgian Dream, exigiría que todas las organizaciones que reciben más del 20 por ciento de su financiación del extranjero se registren como «agentes extranjeros», bajo pena de sanciones importantes.